¿Qué es dejarse llevar?

“¿Qué es dejarse llevar? Ni explosivo, ni náufrago, carne de cañón”

¿En qué se está convirtiendo todo esto? ¿Que qué es todo esto? ¿La vida? ¿En serio? ¿Qué está pasando? me duele, todo lo que hacéis me duele…y mi dolor es…quién esté libre de pecado que tire la primera piedra…y la primera piedra la tiré yo. Mi dolor me duele en vosotros.

¿Llamar a algo que no duele dolor? ¿Llamar a algo que cambia sin poder evitarlo “Ser”? ¿En serio me estáis hablando? Ojalá todo esto sea el sueño cartesiano, Matrix, o la hipótesis de los cerebros en cubetas conectados, ojalá esto no sea “la realidad.” La vida es dolor sensible, y no este dolor…tan irrisorio, efímero y desgarrador.

¡Oh, pobre mundo enfermo, no puedo compadecerte! ¿No ves que yo también soy parte del virus que vapulea tu organismo? Los embustes son el suelo que pisamos, pero ese suelo es al mismo tiempo tierra ¿y acaso es la tierra un engaño? Todo es posible, pero también nada es posible.

Esta es mi oda, mi oda febril al absurdo. ¡No! ¡Al absurdo no! Es mi espíritu entonando lejanas letanías del mañana a la paradoja, a la contradicción. Es mi alma dictando el único significado que merece correspondencia con los hechos “en sí”, el suave desfile de la poesía entre tigres y cobras…la oda al sinsentido.

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Dejarse llevar, me dicen algunos
¿qué es dejarse llevar amigos míos?
¿Qué es volver sobre tus pasos
para no volverme a arrastrar?
Dejadme que me deje llevar


Por abstracción se entiende poesía
por poesía sufrimos en agonía
por no ser poesía y ser necesidad
por Ser y por Estar....
porque no nos dejamos llevar
pero ¿qué es dejarse llevar?

El agua de este estanque, sin la vida errante
de antaño navegante en aquel bravío mar
que contemplamos desde lejos hacia atrás
desde nuestra barquita en el lago sin niños ni anzuelos
todos nosotros tan quietos....
¿pero que es dejarse llevar?
si ya no hay corriente que nos lleve hacia el mar

Yo soy el mar en este estanque
y yo soy el lago en mi mar interior
Yo, yo y yo, y me cago en mi puta existencia.

Navegáis por la fuerza del empujón
el agua está calma, presta a la agitación
al son del ras de mi timón, perdido y simplón
y el vibrar de muchas velas enfurecidas
que me son simpáticas pero indiferentes
y las veo y pienso: me dejo llevar…
¿Pero que es dejarse llevar?
el lago es un explosivo mojado
un pobre náufrago que a nadie se lleva

No hay corriente que nos conduzca
ni torbellino que nos trague
sólo nosotros girando sobre nuestra barquita inocente
y el lago, más inocente aún, mirando
¿Mirando qué? ¿Cómo nos dejamos llevar?
Exacto, contempla la muerte y le gusta.
se siente exento de cualquier culpa.

¿Quién se siente heraldo de la tormenta?
-preguntaste, oh Zeus divino agitador, al hombre.
-El grito, es nuestro heraldo o todopoderoso Zeus- soñé que alguien gritó.

Soñé con Zeus.
Soñé con esperanza.
Desperté con dolor.

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Ni aire, ni mucho menos viento
la fuerza política es nuestro motor
y lloramos como es lógico
como niños en su primer día de guardería
no entendemos nada, ¿Por qué estamos ahí?
¿Por qué nos violentan hacia la sociedad?
¿Por qué nos inducen a la vida política?
¿Y por qué lo permitimos? ¿Padres, por qué lo permiten?

Todos somos una fracción de fuerza
Un denominador personal de energía colectiva
Una bacteria de la gran enfermedad del mundo
Un potencial espíritu variable y subversivo

Pero nadie quiere construirse hasta la muerte
Nadie desea ya, superarse a cada instante,
todos nos conformamos con chuces y dulces
con huesos tóxicos de animales muertos
nos conformamos, y así es como morimos
como carne de cañón, ignorándolo
tristes monos, perdidos y ciegos…tan racionales.

Me dais miedo y asco…vosotros creo que lo llamáis compasión. Que mi incierto destino me libre de ese pecado de cristianos tintes.

David Álvarez García