Todavía así.


¿Queréis una verdad?
Yo os traigo un sueño.

¿Queréis un camino?
Yo un mundo sin dueño.

Duele
abrir los ojos
cuando uno no suele
ver todos los cerrojos.

Vivimos en senderos grises.
- Eso nos hacen creer.
- Eso tú quieres ver.
Manto gris sobre todos los colores,
huís de todo este calor
dorado y fuerte,
grande y por suerte
rodeado de dolor.

Pero esto también es mentira,
empieza pequeña, luego se estira
tratando de cubrir todo,
pero es finita,
yo, tú , él, ella,
somos el lodo
que sigue manchando el suelo
pensando vivir en el cielo.

Nosotros queremos acabar con el celo
de guardar Seguridad
como un tesoro,
perdiendo Dignidad y Libertad,
cayendo todos en coro
al gobierno de la masa
por el cuchillo, con la coraza
de la desconfianza en el resto,
soy más que lo que llevo puesto
en mi cuerpo y mi cabeza,
no esconderé mi amor
en pro de la aspereza,
no dejaré de sangrar siendo calor
por un cetro que oprime y reza.

¿Queréis una verdad?
¿Queréis un marcado camino?
Es increíble que sigáis pidiendo riendas
a las que entregar vuestro sino.


Si, es mejor girar tirando todo
para luego volver a seguir
a quien señale más,
a un ideal, a un mensajero
al gobierno entero, a un buda embustero,
un sangrante cristo de madera,
un “yo me guío” en espera.

“Rompamos las cadenas”,
que gran sueño,
sangremos sin venas,
rompamos a Dueño…
y así miles de versos.

No, sólo somos presos
de otra gran idea,
la necesidad de seguridad rea
de un estado, de una gran fuerza
que parece mayor
que el calor de Gea.

Yo tengo un sueño,
todo roto y sin tutores,
todos el Abuelo y sin honores,
ni títulos, ni flores
ocultando lo que duele,
ocultando lo que quema,
ocultando lo que deslumbra,
ocultando lo que cambia,
ocultando lo que puede que no esté mañana,
ocultándonos entre nosotros,
mostrando El Camino,
creando tronos para unos pocos
cuerdos pasando por locos,
guiando corderos
indolentes ante las cadenas,
insensibles en todas sus venas,



Yo tengo un sueño
sin tutores ni guías,
ni mares a los que llegar por las rías.

Yo tengo un sueño
de todos siendo el suelo
con cada ojo abierto,
presas del quiero y siento,
revolcándose entre los escombros
de tan condenantes cimientos.

Yo tengo un sueño
en el que no queda nada en pie
menos yo, tú, ella y él,
que tiraron todo
para luego romper su taza y coraza,
o con suerte, tal vez,
volverse del revés
por el camino,
sangrar sin ningún sino.

Yo tengo un sueño
que quiero ver en Realidad,
pero sólo sé girar y sangrar,
caer y a veces gritar.

Yo tengo un sueño
y ahora no es más que eso,
mañana no existe,
ayer se me ha olvidado
pero sangro, he sangrado.

Deja que te manche,
te golpee con mis mazas,
busco llenar el suelo de restos de tazas
sangradas, y así, quizá,
tirar algunos cerrojos,
vamos, abrid todos los ojos.

Carlos Esteban González 

No hay comentarios:

Publicar un comentario