Nº 37

Abril de 2016

Nota editor.

Estamos asistiendo a un mundo que fácilmente valdría para pasar la vida
escribiéndolo, pensándolo, naciendo en él y naciendo en él un mundo de uno mismo.
Pero, tras la continua derrota frente a la brevedad del tiempo de vida, humanamente finito,
no es posible sino partir de la certeza de que cada actividad representa un coste, o un
empleo –como prefieran-, de tiempo y que según la naturaleza de las cosas muchas de
esas actividades son excluyentes, y, desde esa certeza, tragar de golpe el suspiro y elegir.
Discernir cuáles ganan, cuales continúan la caída sólo única y unívoca en la acción, que
no puede sino suceder en medio del caos y no puede permanecer sino en la memoria.

Por ello, y desde este alto, no puedo sino volver a tratar de iluminar su mirada
hacia nos y decir, sin temor, que estas rasgaduras de tinta en el papel fueron las mejores
de las interminables luchas que suceden en las cabezas y corazones de mis carnales. Por
mucho que alce la voz lo de afuera, uno no es sino altavoz de sí mismo y quizá nuestro
canto represente hoy más al caballo que a su pasto, al jinete que a su sombra.

Pero no teman, alejarse de la realidad no es sino un imposible, pues de qué más
podría estar hecha una cabeza, un camino, un suspiro. Suelo soldado a cada paso, aliento
y vaivén de costilla.

Así gritan las rasgaduras de la vida de los ganadores del treintaysiete campeonato
a destierro de nuestra muy fiel y muy querida revista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario