Decimocuarto Número

ABRIL DE 2014


Nota del editor.

Yo sí, no sé si también todos los míos, comprendo que la poesía es una red lingüística, 
un colchón cuando todo lo demás falla, cuando uno se pregunta a sí mismo y no 
encuentra respuesta lógica, puede recurrir a la poesía para continuar la comunicación. 
Esto es algo común a todas las artes, pero algunas, como la nuestra, están 
contaminadas por grandes dosis de razón, de lógica, cordura y norma. No es algo 
esencialmente malo, sólo puede causar algún tipo de daño si se confunde y se 
comprende de una manera distinta, si sé que tengo una herramienta precisa, lógica y 
clara, si la distingo, podré también soltarla y continuar otros caminos. 

Es, supongo, otra postura del cerebro, manifiesta en los rasgos de la cara, en estos dejes 
de a dónde miramos según que pensamos. La capacidad creadora no necesita mirar 
hacia afuera, todo lo externo lo ha integrado, cuando lo reconoce así puede liberarse sin 
perder nada. Libertad es la palabra buscada, no es feliz pero no oculta nada. 

Catorce ya, sin cartas marcadas. Gritando así, así vivimos. 


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