NOCIONES PARA DESPUÉS DEL AFEITADO

Siento el asombro de un transeúnte solitario
cuando sombras siembran noche en su aislada compañía;
ha comenzado a caminar de día
para perderse después, por las calles de su barrio,
por las horas en aras de su pequeño calvario,
en el paso de farolas que, a su ánimo, dan asimetría.

Me siento como esperma esperando en un tubo de ensayo
cuando ayuno frases buenas y desmayo, lívido y liviano,
como el folio cuando fallo en el intento de escribirme algo.
Más esas noches en que mi mente sube el escalón de un salto hasta el parnaso
el cotorreo de mi corazón de cacatúa actúa y dormir es paso en falso…
¿Entonces, qué hago?
Amanezco con mis versos como el canto que despierta al gallo.
Treinta días sin ponerme el sayo y aún espero el fallo,
aún espero el frío ante el verano continuo de mi alegría.

Lorenzo Ko

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