“En cada poema hay un verso que se debe a la inspiración, a la misteriosa causa que llamamos así. Los otros son
producto de la inteligencia. El primero es necesario escribirlo para no ahogarlo dentro. Los otros han de extraerse, a
veces con trabajo y dolor, para dar vida al primero. El primero es el alma, la carne los otros.”
J.Hierro
...-...
Nacimiento sobre la carne,
un órgano que se descompone
a la entrada de un teatro
y a la salida de un funeral,
manos que se posan en vísceras,
vísceras aún sin clasificar
que rezuman aromas intensos
esparcidas por un suelo virgen.
Nacimiento bajo la carne,
ojos goteando y labios de sangre,
una brisa constante en un lugar cerrado
o simplemente una brisa
líquida, sensible, confusa...
Un plástico que desciende,
se alza
e invisible permanece, sin sombra
ni estable forma,
ni gracia.
A todos puedo acoger en mi historia,
el principio se reduce a toda respuesta.
El hilo, la cuerda, la delgada línea
prendida entre los dos inmensos cuerpos.
La solución separa densas sustancias,
la luz cuelga de una flor inconsciente
que contempla la oxidada tarde
sumergida en un profundo entierro.
Páginas vacías, vírgenes y partos
jugadores de cartas, escritores, verdugos
metidos en un frasco sobre las olas
surcando el tiempo en una cárcel diminuta,
probándose trajes de distintas pieles,
saboreando segundos sordos,
pesando y sopesando el aire
en su insolente insignificancia.
Todos a un eco obedecen
todos a un llanto responden
todos caben en un nombre
grietas y llanos en la mente
arrugas en la memoria
todos tienen su historia
mas todos perecen
cuando a sus dudas
responde su suerte.
Viajar
Viajar es como aligerar el tiempo
levantar las barreras
liberar las aves
llenar las maletas
y soltar lastre,
dejar todo medio atado
y medio suelto.
Viajar es como aligerar el tiempo
como evadir la sombra
que oscurece la rutina
viajar es como volar
caminar por las aguas
o deshacer la nieve
viajar es horizonte,
sueño, deseo, destino.
Viajar es como aligerar el tiempo
es como encontrar lo perdido.
Hoy el día se ha hecho de papel, la acera se ha encogido como si no hubiera mañana. Los
jardines se han vuelto pálidos, las papeleras se desbordan de sangre y los ancianos recogen
muñecas muertas escondidas en el sótano de sus casas. Hoy el día ha sido descrito en el
periódico como el día del cambio, el día en el que la decadencia llega al fin de su caída. Los
hombres lo celebran, los gorriones salen a la calle, los cuervos se esconden detrás de los
comercios, en las plazas sucias por la pobreza... Todo el hormiguero sabe que el festín
comenzará pronto, cuando los ascensores empiecen su jornada y los insectos grises salgan
de sus suntuosos agujeros. Sí, allí estaremos, cuando todo se vuelva un ir y venir de
sombras que se marchan y cuando la aguja alcance la hora exacta allí seguiremos, con los
ojos fijos en alguna otra parte, esperando a ver algo diferente.
Ernesto Rodríguez Vicente
No hay comentarios:
Publicar un comentario