-Vivimos juntos y actuamos y reaccionamos los unos sobre los otros, pero siempre, en todas las circunstancias, estamos
solos. Los mártires entran en el circo, tomados de la mano, pero son crucificados aisladamente. Abrazados, los amantes
tratan desesperadamente de fusionar sus aislados éxtasis en una sola autotrascendencia, pero es en vano. […] Las
sensaciones, los sentimientos, las intuiciones, imaginaciones y fantasías son siempre cosas privadas y, salvo por medio
de símbolos y de segunda mano, incomunicables. Podemos formar un fondo común de información sobre experiencias,
pero no de las experiencias mismas. De la familia a la nación, cada grupo humano es una sociedad de universos islas.-
Aldous Huxley
Señor, necesito hablarte
No sé quién eres
Ante tu tumba me alzo en pie
No hay epitafio que leer
Como en fantasmas
Ni puedo ni debo creer
Pero, Señor, necesito hablar contigo
El que hable solo ante tu cripta no importa
Solo me importa hablarte, hablarnos
Tengo tanto que contarte
Sobre mi juego, mis bazas y descartes
No me preocupa tu perdón, no te lo pido
Pero escúchame aunque sea este instante
Esta confesión con dejes de pasión
Esta súplica convertida en reproche
¿Por qué Señor, por qué?
Jamás he dudado de tu justicia y tu saber
¿Por qué me concediste el conocer?
Te ruego que revuelvas mis entrañas
Si, ya lo sé,
Ya lo has hecho y no puedes hacer nada
Pero ¿Qué hay de ella?
¿Qué hay de tu armonía?
Me negaste su beso, Señor
Me concediste más que a nadie
A cambio de un beso negado
Esta es la única respuesta que te exijo:
¿Por qué, Señor, me entregaste tantos dones
y a cambio me privaste de su sabor?
Míreme Señor, hablando al vacío
Resucitándote a sabiendas de tu debilidad
No creo en ti Señor, pero noto tu ausencia.
No digas nada, por favor,
Sé tú respuesta y ampliamente te contesto:
¡Yo te desprecio más!
Sobre la posibilidad de un estímulo
Voy a sobrevivir a este achaque
De la vida o de la edad
No me quiero morir jamás
Por letal que seas, ingenua muerte
Voy a sobrevivirte, al menos esta vez.
Por exacta tozudez ibérica
mi suerte
está atada a tus fotos y tus frases
Por precisa magnitud del fuerte
Ante ti, depredadora, bajo la cabeza.
Soberbia, te recuerdo testaruda
Libre, bella, te recuerdo caprichosa
Con ataduras, te recuerdo soñadora
Ante todo recuerdo tus pies al despertar
Sin jamás haber amanecido en tu cama.
La mezcla es perfecta,
La pasión y el desengaño
Dos generaciones de poemas
Separados por el abismo de las impresiones
Integrados aquí, en un lapso de conciencia.
No solo mío, del Hombre.
La palabra antes que la destreza cerebral
Instinto, llama a mi puerta, pregunta por mí
Es infatigable mi alegría enfermita y sosa
La puerta se cierra, yo me quedo fuera
¿Y usted señorita?
¿Acaso no bebe de mi enfermedad?
No se sienta culpada por mis palabrotas
Ellas solo se quieren en su piel desgastada
Discúlpenos a mí y a ellas, no sabemos demasiado
Pero es tanto lo que querríamos saber de usted
Que duele, cada palabrota se duele de mi alma rota.
No es en sentido parcial que yo la quiero
Limitado es mi deseo
Jamás gastaría un esfuerzo en estas palabras
Plebeyas y traidoras.
Si no creyera que usted pueda interpretarse en ellas.
Existe, ese valor que nos hace verdaderos
A los dos, como conjunto,
Somos teorema y corolario
La lógica no deja lugar a dudas
Si es deducible, hay consecuencia.
El universo se expande, es infinito
De algún modo, somos metáforas suyas
Poesía de la ciencia
Somos Historia, amiga
¿Qué infiernos no pisaría por amarte cada día?
Dímelo tú, mi respuesta es objetiva.
Todo cuanto deseo es informulable
Reiteradamente
Nuestra filosofía: ¿No será demasiado tarde?
Las respuestas convergen en la contradicción
Cambiaré de tono, para no sentirme pesado
Ahí afuera, en algún lugar arrinconado
Escondido tras el Aleph y su cosmovisión
Se encuentra el mar hermosísimo y cristalino
Que une en su separación nuestra islilla recíproca.
Ahora, poco me importa su permiso
Lectores ávidos de morbo y paraísos.
Con o sin él, hablaré desde la fosa
Para ver qué ansía mi imaginación:
No llegue a conocer, eso llamado felicidad
Tú dices que es amor, que el concepto cambia
Que se queda corto.
Lo sé, y lo siento.
Antigua esperanza, cada amanecer te esperaba.
Mientras tú en la cama, no llegabas
Ni siquiera a imaginarte, que el sol de afuera
Brillaba tímido sobre la ventana que yo miraba.
Mi individualidad, en aquellos intervalos
Se disolvía en un aura de expectación fraudulenta.
Como me gustaría relatarte como me sentía.
Miento: no, no me gustaría.
Después de tantos retornos
Siento que sin haberte sentido en nuestra unión
Jamás podré dejar de quererte.
He tenido que sufrir, olvidar y conocer
El sentido de dos cuerpos amándose
Mientras en una periferia constante
Te mantenías en mi olvido siempre presente
No te reprocho nada, vida mía,
Todas y cada una de mis relaciones
Eran una interminable carencia de ti.
Infeliz es una palabra demasiado grande
Pero en tanto insecto, soy un gran hombre
Si elegí soportar la privación de tu carne
No te engaño, fue porque no pude hacer otra cosa.
La angustia cedería ante ti
Susurrando mí nombre
Mi ser, no es en absoluto mío
Conservo aun la posibilidad de mi muerte
- eso ya es decir mucho.
La teoría es la que sigue:
El impulso sincero hacia la Verdad
Solo existe como función
De la innegable realidad de la Mentira.
En otras palabras:
El valor moral de la sinceridad
Equivale al de la san(t)a hipocresía.
En la práctica, expuesta en un hecho
Está la poesía.
Allá, en el camino que se cierne
La luz del sol aparece insuficiente
Bañando la cuneta, encontrarás mi palabra
La conciencia, sin rodeos, está por encima de todo.
El amor, amplia sucesión de renacimientos
Que inocentes se creen desnudas alegrías
Permite en la base 0 de la vida
La emergencia de un universo templado.
Pequeño epílogo en prosa con conclusión de dudosa higiene
Risa, se oye risa en tus ojos. Aire, aire de mi vida respiras, y humo… salgamos a fumar. No es
cuestionable la época en que vivimos. Quiero decir, lo es, pero tenemos mejores cosas que
hacer. Tú, demasiadas y yo demasiadas pocas. Nos ocupamos de nuestra decadencia. Nuestro
físico, nuestro rostro, nuestro Sócrates de bar español. Suerte que soy hombre y tu mujer, que
Dios nos perdone. Arrancaría una dimensión por cada sonrisa atenta en cada una de tus pecas,
cada una tiene pleno derecho a mi contemplación desinteresada y pura. Hoy he perdido el
tiempo, estudiando, leyendo a mis filósofos y mis héroes, en vez de intentar verte. He hablado
en exceso de mentiras que me sé conscientes, desmintiendo bellezas que me sé inocentes. Hoy,
también, ha muerto un niño. El mundo gira, como fenómeno ha perdido ya todo su poder de
influencia. Doy fe: la felicidad existe. Quiero decir, que verdaderamente existe, es decir, es un
fenómeno empírico, por naturaleza indefinible. No deja de ser observable en sus misterios, no
deja de ser menos real. Si que deja, sin embargo, de ser frecuente. Ciertamente nunca ha sido
habitual, mucho menos abundante. En este caso más que en ningún otro, la práctica desborda a
la teoría. No es que la desborde, es que se disocia de ella. El hombre no está hecho para
entender la felicidad, sino para morir persiguiendo la posibilidad de ser feliz. La capacidad de la
existencia, siempre, repito, siempre, queda fuera de los límites de la manipulación intelectual. El
hombre no puede crear al hombre, solo a su sombra futura.
David Álvarez García
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